El señor Ramírez poseía una pequeña granja alejada de la ciudad. Sin hijos, ni esposa, era todo lo que tenía. Una fría tarde de invierno el señor Ramírez desapareció por completo, junto con sus animales, sin dejar rastro.
Su vecino - dueño de una pequeña casa de campo - avisó a las autoridades del suceso; comentando que los últimos días, Ramírez había recibido continuas visitas de un sujeto vestido de blanco, con sombrero, y que llegaba a caballo.
Los policías del condado encontraron los siguientes días el cuerpo del señor Ramírez clavado en una pared; mas su cabeza fue reemplazada por la de un cerdo; y sus extremidades, por las de un caballo. El culpable nunca fue encontrado.
Se rumora ahora que varios granjeros han visto deambulando por el sitio un extraño ser cabeza de cerdo y patas de caballo. Algunos lo han llamado "el diablo"
FIN