Diariamente se puede observar en las diferentes redes sociales un constante ataque a la literatura juvenil que surge día a día, a aquellos libros que ocupan el lugar de Best Selles tras volverse virales en el círculo de los jóvenes adolescentes. De un día al otro, el libro es un Boom, y la necesidad de adquirirlo apremia.
El problema, y razón por la que determinado grupo de personas ha satanizado a las novelas juvenilas en auge, es el tipo de literatura que ellas conllevan. Todas ocupantes del mismo denominador común: El romance, sentimentalismo.
Sea entre una pareja portadora de una enfermedad terminal, una chica que se ofrece por su hermana a participar de un concurso mortal u otra que ingresa al grupo social menos esperado por su familia; en todas ellas premia el romance y el cliché del chico galán. Son las novelas con las que muchos de los lectores de hoy en día se iniciaron en el mundo de la literatura (tal vez y uno de ellos esté leyendo estas líneas justo ahora) para posteriormente (Y por desgracia, en lo que a mi experiencia concierne) en el de la escritura, con un nivel ineficiente, en donde pseudo poetas y falsos cuentistas se inflan el ego a pesar de sus palabras mal escritas.
Así es, el romance cliché y la relaciones en extremo sentimentales se han vuelto la fuente innagotable de consumo de obras literarias. Y los seguidores de estas, si llegan a iniciarse en el mundo de la escritura, siguen el equivalente sendero trazado por su escaza experiencia literaria.
¿Qué ha pasado con los demás géneros? ¿En dónde está el terror (género de mi preferencia), la ciencia ficción, fantasía, género épico y demás? Sin contar con Stephen King, o George R. R. Martin, los autores sobresalientes de otros géneros son escasos, casi que inexistentes. Pero sin duda alguna, ahí están.
¿La literatura juvenil está perdida? Por supuesto que no, los autores están esperando allí fuera ser leídos, ser tomados en cuenta en medio de esta constante ola (tsunami) de Best Sellers repetitivos.
La literatura juvenil no está perdida, son los jóvenes quienes están mal encaminados. Una generación llevada por la marea del sentimentalismo y romance cliché, dejando de lado sin número de textos buenos, con autores históricos y de renombre, que poco a poco son olvidados.
Enfoquen su lectura, abran su mente y expandan su mundo.
- Anjoss
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